Bancos como el JPMorgan, el Bank of America, Goldman Sachs, Citigroup y el Santander están en conversaciones con el Tesoro de Estados Unidos para ayudar a la Argentina con préstamos de hasta US$20.000 millones.
Funcionarios de la Argentina tuvieron en las últimas horas reuniones con ejecutivos de esos bancos. El ministro de Economía, Luis Caputo, se reunió con la presidenta Ana Botín en Washington el miércoles. El jueves por la noche, Caputo y Santiago Bausili visitaron el rooftop del Citi en Washington, donde fueron premiados como mejor ministro de Economía y presidente del Banco Central del año por la revista LatinFinance en el marco de la Asamblea Anual del FMI que se hace en esta ciudad.
La historia comenzó cuando el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, reveló el miércoles que existía un paquete de préstamos del sector privado “adicional” a los 20.000 millones de dólares en financiamiento a través de un swap con el Banco Central que el gobierno de Donald Trump había anunciado para la Argentina en septiembre con el objetivo de frenar las turbulencias financieras que se generaron en el país desde hace semanas, cuando el oficialismo perdió las elecciones en la Provincia de Buenos Aires.
Sobre esa ayuda complementaria, Bessent aclaró que “se trata de una solución del sector privado para los próximos pagos de la deuda de la Argentina”.
“Muchos bancos están interesados en ella, y muchos fondos soberanos han expresado su interés en formar parte de ella”, explicó el secretario del Tesoro. “De hecho, hemos estado trabajando en ello durante semanas”, dijo Bessent en la mesa redonda con periodistas.
El anuncio de ese paquete adicional de Bessent, que eleva la ayuda a US$ 40.000 millones, sucedió al día siguiente de la reunión entre Trump y el presidente Javier Milei en la Casa Blanca, con Bessent presente, en la que un comentario del mandatario republicano pareció condicionar la ayuda al resultado de las elecciones legislativas del 26 de octubre. Estas declaraciones cayeron mal en los mercados, que interpretaron que EE.UU. condicionaba su ayuda a que ganara La Libertad Avanza.
Más allá del aumento de respaldo financiero, el anuncio de los US$ 40.000 millones de Bessent aumentó aún más el aval político del gobierno de Trump a la gestión de Milei.
Además, el gobierno de Estados Unidos le está dando dólares al país a cambio de pesos para apuntalar su moneda colapsada. Bessent dijo que Estados Unidos compró más pesos el miércoles y también compró este jueves.
Según el bien informado sitio web Semafor, los bancos estadounidenses están discutiendo un préstamo de emergencia respaldado por activos argentinos, aunque todavía las conversaciones están en curso y aún se están resolviendo garantías específicas.
Ni el Tesoro ni los bancos comentaron sobre el tema, pero el caso argentino fue parte de las conversaciones en los pasillos de varios eventos que los bancos organizaron estos días en Washington, cuando en la Asamblea del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se nuclean la mayoría de los ministros de Economía y Jefes de Bancos centrales de todo el mundo.
Cuando se le preguntó sobre un posible respaldo en la Cumbre de Economía Mundial de Semafor, el presidente de Goldman, John Waldron, declinó hacer comentarios, pero dejó entrever que podrían estar en tratativas. “Hacemos lo que podemos para ayudar en situaciones como esa, para proporcionar capital si es de interés para el gobierno de Estados Unidos“, dijo a Semafor.
En una entrevista, el consejero del Tesoro Joe Lavorgna dijo que un salvavidas del sector privado es “otra forma de solidificar y reforzar el apoyo que [Argentina] necesita en el corto plazo”. Llamó a Argentina “un aliado clave en la región”.
Fuentes al tanto de la negociación aquí en Washington contaron que los bancos prestarían el dinero y obtendrían a cambio una garantía que podrían ser los DEG de Estados Unidos (Derechos Especiales de Giro). El Gobierno confirmó a Clarín semanas atrás que una de las ayudas que ofrecería a la Argentina es una garantía o put.
Bessent detalló que la línea de swap de monedas entre el Tesoro norteamericano y el Banco Central estaría respaldada por las tenencias de Derechos Especiales de Giro (DEG), la moneda del Fondo Monetario.
Este jueves, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, contó en una charla privada entre inversores organizada por JP Morgan que el anuncio del Scott Bessent fue manejado en absoluto hermetismo.
“La semana pasado de lunes a jueves trabajamos entre 9 y 12 horas por día con funcionarios de alta jerarquía del Tesoro de Estados Unidos. No ganábamos nada en comentar, cuando las cosas estén hechas se comunican”, contó Bausili antes de que empezara la ronda de preguntas y en dónde habló, entre otros temas, del dólar.
Según fuentes al tanto de las negociaciones, la operación con Washington tendría dos objetivos.
Primero, darle respaldo al Banco Central para intervenir en el mercado cambiario cuando las bandas cambiarias se levanten o eventualmente se amplíen. Este jueves y miércoles Bausili negó que se remuevan las bandas de flotación luego del 26 de octubre, aunque comentó que “las bandas son muy anchas y cada mes se ensanchan”. “Eventualmente se moverán tanto que el precio del dólar reflejará el precio del mercado”, completó.
El otro objetivo de las negociaciones y de la operación conjunta entre el equipo económico y el Tesoro podría tener que ver -siempre según fuentes al tanto de la negociación que comentaron estos días aquí en Washington-, con la posibilidad de crear un modo o un organismo que pueda tener capacidad para comprar deuda y volverla más atractiva para los inversores. Las fuentes mencionaron que podría hacerse algo parecido a lo que hicieron el Tesoro y la Reserva Federal en la crisis de 2009 para generar liquidez y comprar los activos tóxicos de los bancos y otras instituciones financieras que estaban a punto de quebrar. Uno de los comentarios en las últimas horas sobre el anuncio que hizo Bessent respecto de los US$ 20.000 millones que pondrían los bancos es que justamente muchas instituciones bancarias ya no tienen más capacidad, por límite legal, de tener en sus balances el riesgo de los bonos argentinos. Este vehículo, concebido bajo el paraguas del Tesoro, podría ayudar a los bancos a ‘descargar’ su alta exposición a la deuda argentina.